ESPAÑA

El PP y el PSOE irían una alianza nacional para evitar el avance de la izquierda

El PP a través ed esperanza Aguirre podría intentar ampliar una alianza con el PSOE a nivel nacional en España para contener el avance de la izquierda de PODEMOS, que está cerca de ganar el ayuntamiento de Madrid. El PP probó este fin de semana durante las elecciones de las comunidades que la mejora en las tasas de desempleo no necesariamente indica caudal de votos. El PP perdió varias comunidades a pesar de su victoria extraordinaria en 2011.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El Partido Popular (PP) estaba convencidos de que la recuperación económica era su as en la manga y que con eso iba a bastar para que Mariano Rajoy repitiera una victoria en las elecciones generales que se celebrarán a finales de este año en España. Pero los comicios del pasado domingo han puesto esa estrategia en entredicho, porque ni la reactivación que está en marcha es suficiente para seducir al electorado ni los ciudadanos están dispuestos a votar solo con el bolsillo y pasar por alto otros asuntos como la corrupción.
 
El PP gobernaba en 10 de las 13 Comunidades Autónomas que pasaban por las urnas el 24 de mayo, y en nueve de ellas con mayoría absoluta. En todas ellas, la referencia económica más sensible para los ciudadanos, como es el desempleo, ha descendido en los dos últimos años. Es decir, un periodo lo suficientemente amplio como para que el cambio de tendencia observado en el mercado laboral ya hubiera calado en la sociedad por mucho que las tasas de desempleo sigan siendo altas.
 
Sin embargo, esa reducción, que podría ser tomada como una prueba de que en efecto la economía se está recuperando, no ha impedido que el PP haya perdido votos en todas esas regiones. 
 
En concreto, aunque desde 2013, que es cuando la economía española volvió a la senda del crecimiento, el desempleo ha descendido en esas Comunidades en casi 3 puntos porcentuales, el apoyo al PP en porcentaje de voto ha caído en cerca de 14 puntos porcentuales con respecto a las autonómicas de 2011 -ver gráfico-. O lo que es lo mismo, la recuperación que late tras ese descenso del paro no solo no se traduce en un número mayor de votos o en un mantenimiento, sino que ni siquiera evita una notable caída en los resultados electorales.
 
El caso más extremo es el de la Comunidad Valenciana, donde el porcentaje de votos del PP ha descendido en más de 22 puntos, cuando la tasa de desempleo bajó en 4,5 puntos. En Baleares la caída del voto ha sido de casi 18 puntos, cuando el desempleo cayó en más de 6 puntos. Y la misma secuencia se observa en el resto de Comunidades. Es más, en seis de ellas -Aragón, Cantabria, Castilla y León, Madrid, Baleares y La Rioja- la tasa de desempleados es inferior a la media nacional -23,8%-, pero eso tampoco impide la pérdida de votos.
 
Aunque es cierto que el respaldo que recibió el PP en las elecciones autonómicas de 2011 fue extraordinario, también lo es que la mejoría económica aún no resulta lo bastante evidente ni palpable como para imponerse al malestar que generan los casos de corrupción o el incumplimiento de las promesas electorales de 2011. Por tanto, la estrategia del Gobierno se tambalea a expensas de que la recuperación se filtre a la sociedad con más claridad o de que, como el propio presidente del Gobierno reconoció el lunes, el Ejecutivo "explique mejor las cosas" o "dedique más tiempo a comunicar". 
 
En ese contexto, la dirección del Partido Popular empezó a reaccionar ante los previsibles pactos de los partidos de izquierda que le pueden dejar con su poder autonómico reducido a mínimos históricos. En la sede de Génova aprueban la oferta lanzada por Esperanza Aguirre a PSOE y Ciudadanos para evitar que Manuela Carmena sea la próxima alcaldesa de Madrid dado que lleva aval de Podemos. Incluso avisan de que el PP hará la misma propuesta en otras instituciones para invitar a los socialistas a evitar gobiernos “de extrema izquierda”.
 
En fuentes del comité ejecutivo nacional de los populares aseguran que Aguirre les informó el mismo lunes de sus planes de pactos para Madrid y que le pareció bien que tomara esa iniciativa. Se trata de dejar evidencia de con quién se va a abrazar el PSOE, Podemos, en media España con tal de ganar poder. En Madrid se da además el hecho de que los socialistas se disponen a apoyar a una candidatura de la fuerza política que le disputa el voto y el título de segundo partido en el ámbito nacional.
 
En el PP insisten en que hay comunidades autónomas y ayuntamientos en los que el programa y los candidatos del PSOE tienen más parecido a los suyos que a los de Podemos, aunque sólo sea por el respeto a las instituciones, la ley y las competencias que comparten socialistas y populares frente a muchas propuestas de las plataformas avaladas por Pablo Iglesias.
 
Esperanza Aguirre  ha movido una pieza trascendental dentro del complejo rompecabezas que conforman los resultados electorales del pasado domingo. Fuentes del PP han desvelado hoy que la oferta que la expresidenta madrileña ha trasladado al PSOE para frenar el acceso de Manuela Carmena a la Alcaldía de Madrid va a generalizarse en toda España. El objetivo es el mismo: evitar que la organización de Pablo Iglesias o fuerzas afines a ella copen las instituciones aprovechando la pérdida de la mayoría absoluta del PP en la mayoría de las comunidades autónomas donde se han celebrado elecciones y en cientos de ayuntamientos de todos los tamaños.
 
Las mismas fuentes informan que Esperanza Aguirre no fue por libre en la tarde del martes a la hora de formular su propuesta, dado que la dirección del PP estaba avisada de sus movimientos. La candidata madrileña enfatizó que Ahora Madrid, la lista encabezada por Carmena, es "una fuerza política diferente que no está en nuestro sistema democrático constitucional". En su opinión, el PP y el PSOE no pueden considerarse enemigos ni adversarios. Estas dos fuerzas y Ciudadanos suman 37 concejales  en la corporación madrileña y, abundó Aguirre, no pertenecen a la opción de izquierda radical que utilizará el Ayuntamiento "como un trampolín para ser la primera fuerza política en noviembre en España".
 
La generalización de esta oferta de gran coalición a los socialistas pasa la responsabilidad al Secretario general del PSOE Pedro Sánchez y, según reconocen en el partido, supone una invitación "envenenada" si se parte de la incertidumbre que supone  rechazarla y pactar en numerosas instituciones con una fuerza como Podemos que carece de experiencia política y, además, ha concurrido a los comicios del 24-M con un programa que choca con muchos de los criterios de los que participam los socialistas en materia política y económica.
 
El PSOE tendrá que torear el morlaco en el comité federal de este sábado, pues ha sido convocado, precisamente, para aprobar la estrategia de pactos postelectorlaes que derivarán de los resultados del domingo. En las filas socialistas no hay unanimidad al respecto, como tampoco en el PP. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha reprochado esta mañana en el Congreso la forma en que Esperanza Aguirre ha catalogado a Podemos, como una fuerza ajena al orden constitucional, mientras que el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, se ha alineado con el criterio de la candidata madrileña.

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