4 TEXTOS DOMINICALES

Presidenciables débiles provocan que Cristina siga en escena

Cristina Fernández de Kirchner ha llegado a 2 conclusiones: que la oposición se encuentra en gravísimos problemas, desunida y sin proyecto; y que en el oficialismo ella puede seguir teniendo voz, voto y veto (las 3 V). Por lo tanto, es casi una obviedad el mayor protagonismo de la Presidente de la Nación, aunque tiene un peligro: su regreso a escena puede reinstalar una disputa que le resulte adversa al Frente para la Victoria (aunque un alivio para Daniel Scioli).

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Todo indica que, superado el 'caso Nisman', Cristina Fernández de Kirchner cree estar en condiciones para retomar la ofensiva de enero, cuando quería convencer a todos que el kirchnerismo no va... ni se irá.
 
Al respecto, 4 recortes dominicales que tienen que ver entre sí:
 
 
"(...) De acuerdo a los números que maneja el macrismo, la Presidenta tiene un 40% de imagen positiva en el Conurbano. El delasotismo dice que esa variable alcanza un 35% en territorio corbobés. Son números reales, nada complacientes, porque vienen de fuerzas opositoras que están lejos de ensalzar su liderazgo. De hecho, atribuyen los problemas del país al estilo personalista de Cristina Kirchner, al déficit de su gestión económica y al desinterés por las políticas de Estado.
 
Pero aún así, reconocen que la Jefa de Estado conserva el apoyo de un sector importante de la sociedad -no mayoritario aunque significativo- y que por ende tendrá un rol preponderante en el proceso electoral en ciernes. La faraónica inauguración del centro cultural Néstor Kirchner -en lo que fue el edificio emblema del Correo Argentino- y los festejos de la Semana de Mayo, que pretenden emular el efecto del Bicentenario, son una muestra de lo que está por venir.
 
Y eso no es otra cosa que la intención de seguir ocupando el centro de la escena pese a que la tendencia política natural es que un Presidente que está a seis meses de terminar su segundo mandato, ceda protagonismo a los dirigentes que se preparan para la sucesión. Aunque mañana por la noche, cuando encabece el acto central por el 25 de Mayo, quedará claro que Cristina Kirchner no termina de digerir la idea de una simple retirada de la Casa Rosada.
 
Esto es, que allane el camino de la transición política y económica hacia el próximo gobierno. Por el contrario, la Presidenta podría insistir con la exhortación a los postulantes para “que digan qué piensan hacer con la Argentina”, como si los fuera a someter a una prueba que acredite o desestime sus capacidades para hacerse cargo de la Presidencia. Y lo hará utilizando la cadena nacional.
 
Claro que la incidencia política de la mandataria no se distribuye en forma pareja en todo el electorado. Dentro del arco oficialista es decisiva, no sólo porque sus dirigentes lo consienten, sino porque las encuestas reflejan que el votante kirchnerista reclama que sea la Presidenta quien fije las reglas de juego del Frente para la Victoria. Así, se reduce el margen de maniobra de gobernadores, intendentes y legisladores que optan por el inicio de una nueva etapa. (...)".
 
 
 
"(...) La doctora entregó esta semana señales muy firmes. Dijo que el ministro de Economía, Axel Kicillof, es su brazo derecho y su mejor alumno, pero aclaró que ella es la jefa y la dueña de las decisiones en materia económica. “Así va a seguir siendo”, lanzó en un mensaje tanto para Daniel Scioli como para los empresarios que se reunieron esta semana, preocupados por un escenario de continuidad en la Casa Rosada. “Que no se preocupen que yo voy a seguir respirando”, dijo en otra cadena nacional, en dirección a quienes la suponen con fecha de vencimiento en el manejo pleno del poder.
 
El propio Kicillof se suma a esa andanada de buenos augurios y deja picando la idea, plasmada en múltiples corrillos, de que no hay que descartarlo como ministro de Economía de un gobierno peronista. Aclaró que lo suyo no es la vicepresidencia, que la Presidenta nunca se lo insinuó. Y se verá más adelante que hasta se tejen otras variantes para esa alquimia que trabajan los laboratorios ante un supuesto triunfo de Scioli: Cristina manejando los hilos desde afuera y el “chiquito” como su delegado superior en el futuro gabinete. La trilogía se completaría con miles de “pibes” de La Cámpora controlando todo desde las entrañas mismas de la administración.
 
La segunda de aquellas direcciones entrega a la vez lo suyo en materia de cuitas y ceños fruncidos. Son varios los opositores al Gobierno que advierten que algo hay que hacer para evitar que la pesadilla se convierta en realidad. De la necesidad de unirse han hablado Francisco De Narváez, tal vez el más enfático; Roberto Lavagna, que alertó sobre el riesgo latente; en la semana se pronunciaron en la misma dirección José Manuel De la Sota y Adolfo Rodríguez Saá; el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se sumo a los que reclaman hacer algo. Y el precandidato presidencial del Frente Renovador, Sergio Massa, envió a su mujer, Malena Galmarini, a decir que “hay que unirse para evitar que siga gobernando Cristina (sic)”.
 
Todos, salvo Mauricio Macri. El alcalde porteño, convencido de que con la pureza del Pro le alcanza y sobra, rompió cualquier posibilidad de acuerdos por consejo del ecuatoriano Durán Barba, quien llegó a decirle a su cliente que “si Massa quiere un arreglo tiene que ser con rendición incondicional”.
 
Si la oposición hará algo más que quejarse o advertir sobre lo que puede pasar está por verse. Lo primero sería que se bajen de los egos y los problemas de cartel. De momento el panorama reflejaría que así como están las cosas hoy, todo termina en un balotaje entre Scioli y Macri.
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Los planes continuistas de Cristina van desde ponerle el candidato a vice a Scioli y Florencio Randazzo, hasta asegurar que varios de los ministros actuales van a seguir en una eventual administración K: Kicillof, “Wado” De Pedro, Julián Alvarez, Lino Barañao, Agustín Rossi, los ejemplos sobran. (...)".
 
 
 
"En 2003, cuando desembarcó Néstor Kirchner, la Nación promediaba unos 100 mil pesos por día en publicidad. En 2015, cuando suelta amarras su esposa, esa misma plata para idéntico fin se esfuma cada 11 minutos (y medio).
 
Las conclusiones forman parte de un informe que elaboró el abogado de la Coalición Cívica, Hernán Reyes, en base a datos oficiales del Ministerio de Economía de la Nación. Incluye las tres grandes cajas de las que se vale el oficialismo para intentar hacerse oír: la Secretaría de Comunicación Pública, el Fútbol para Todos y la ANSeS. En este último caso, Reyes debió apelar a un pedido de acceso a la información pública para conocer los datos del rubro en el organismo que conduce Diego Bossio, uno de los precandidatos a gobernador que debió pegarse un duchazo de humildad y bajarse. La campaña, claro, explica y deja al descubierto el descontrol del derroche publicitario.
 
“Así como ocurre en otras áreas como vivienda, el Gobierno nacional dispone con total arbitrariedad del dinero que debe ser otorgado a áreas específicas. En el caso del ANSeS, esto tiene el agravante de que es dinero que debería destinarse a brindarles a los jubilados un haber digno, por el que han trabajado”, denuncia Reyes.
 
Por donde se los aborde, los números de la propaganda K dan pavor. La comparación del primer Kirchner y la última Cristina, las 24 horas contra los 11 minutos (y medio), es sólo una. ¿Otras? En los 12 años K, mayo de 2003 contra mayo de 2015 (el informe tiene datos actualizados al 10 de este mes), el Gobierno gastó $ 16.624.875.320. De lunes a lunes, desde que él asumió hasta hoy, con ella, el kirchnerismo promedió casi $4 millones por día para difundir su gestión. En lo que va del año se gastaron, sumando la Secretaría de Comunicación, el Fútbol para Todos y ANSeS, $12.519.939 por día, si se toma en cuenta que se ejecutaron $1.627.592.172 hasta el 10 de mayo.
 
Las preguntas se caen de obvias: ¿por qué necesita ahora Cristina agregar tanta cadena nacional, que usada discrecionalmente no es otra cosa que propaganda gratuita? (...)".
 
 
 
"(...) Cristina Fernández, asumiendo una actitud mística, épica y redentorista, pretende seguir dominando el país cuando ya no sea su primera figura.
 
Lo que quiere es desarmar todas las pocas defensas políticas de una sociedad donde la política es mal mirada a ver si es posible construir un caballo de Troya lo suficientemente poderoso desde el cual manejar fuerzas debilitadas al extremo por su propio accionar. Un caballo de Troya que no sea introducido desde afuera hacia dentro de la fortaleza ciudadana, sino desde lo más alto del poder del país.
 
Para eso necesita doblegar toda resistencia del peronismo obligándole a poner, en las bancas que corresponden a cada provincia, a gente probadamente obsecuente con su causa unipersonal. (...)
 
Necesita que los aspirantes a sucederla se enfrenten como gladiadores en un circo romano de pacotilla y bien tinellizado a ver quién de los dos es más inútil para poder ser tomado en serio. Scioli sobreactuando un cristinismo en el que no cree y dispuesto a simular vender hasta el último jirón de su alma con tal que lo dejen competir. Randazzo, desesperado, haciendo payasadas como la que citamos recién, a ver si el ojo de la ama lo engorda como ganado. Lo único que importa es que sus sucesores sean de cartón, gastados en su dignidad antes de siquiera comenzar a gobernar.
 
También necesita, ya que no puede reformar la Justicia como quisiera para ponerla al servicio del poder político, librar batallas simbólicas de difamación generalizadas donde cubra de barro a todos los que se le resisten para que la opinión pública no tenga la menor capacidad de distinguir al canalla del sabio, al patán del esforzado, al chorro del gran profesor.
 
En síntesis, así como el cristinismo considera que hoy el poder formal es el gobierno y el poder real son las corporaciones, lo que pretende a partir de diciembre es que el poder real lo tenga Cristina, mientras que el gobierno y quien resultare eventual presidente sean una pura formalidad que no pinche ni corte.
 
Lo que ella sueña es contar con una gran fuerza de choque capaz de confrontar con un gobierno débil, si éste pretende independizarse en vez de ser una mera transición para su retorno al reinado en 2019. Con una opinión pública despolitizada, ocupada de otras cosas, que vea pasar cómo caen Nisman y Fayt o la corrupción siga tan rampante, sin que haga el menor gesto de enfado.
 
Parece una misión tan ridículamente imposible por lo desmesurado de su magnitud que podría tratarse de una cosa de locos. Que es así como hoy tratan a Cristina los peronismos locales, los candidatos propios a sucederla e incluso la mismísima oposición. Tal cual una a quien hay que llevarle la corriente como a los locos porque enseguida nomás se va y entonces dejará de molestar.
 
O sea, nadie -ni oficialismo ni oposición ni opinión pública- quiere ganarse su lugar en el futuro, sino que todos desean que éste fluya por sí solo como un regalo de los dioses a esta Argentina capaz de aguantar cualquier cosa. No parece ser la actitud más adecuada para confrontar contra un gobierno que en doce años supo obtener la mayor acumulación de poder en democracia gracias al renunciamiento de todos los débiles de voluntad política que lo consideraron demasiado excéntrico para durar tanto tiempo."

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